Por Oscar Díaz Salazar
Desde que se asomó a la política y empezó a participar en Los Amigos de Fox y el PAN, Francisco Garcia Cabeza de Vaca, alias Francisco N, ha aplicado estrategias tan básicas y simples, de párvulos, y sin embargo todavía hay quien sigue sin entender sus «movimientos».
Cabeza de Vaca juega a ganar él, cuando participa él, y solo cuando él está en la boleta electoral. Cuando ha tenido que impulsar a otros personajes, siendo presidente municipal, cuando no era legal la reelección; al concluir sus legislaturas en el Congreso local y federal, cuando tampoco era posible la reelección; y en las elecciones en las que él tenía cargos ejecutivos (alcalde o gobernador), en esas circunstancias Cabeza de Vaca ha postulado «pichones», fichas perdedoras, cuadros rabones, personajes minúsculos.
La estrategia de salir con malos candidatos, la aplicó y la sigue aplicando, particularmente en Reynosa, municipio que considera su casa y en el que ha definido los candidatos panistas desde hace más de dos décadas.
Cabeza de Vaca prefiere perder la elección, cuando no es él candidato, a perder el control del PAN en Reynosa, cosa que le habría ocurrido si alguien más, del PAN, hubiera logrado ser presidente municipal.
En esa lógica se entiende la postulación de Luis René «Cacharro» Cantú, un personaje de escasas luces, que ha tenido oportunidades (diputado local y presidente estatal del PAN) porque es incondicional y totalmente obediente a los dictados de los Cabeza de Vaca, lo mismo de Francisco N, que del Hermano lelo.
Él Cacharro tendrá la satisfacción de ser candidato, pero no gana la elección ni yendo a bailar a Chalma.
Para la Vaca Salvatrucha, para el clan García Cabeza de Vaca, la ganancia será que mantendrán la propiedad y el usufructo del Partido Acción Nacional en Reynosa.